
GLÁNDULA MAESTRA
Siempre ando en mi esquina sigilosa, ella es una Machina y está llena de sorpresas. Mi palabra pesa más de lo que puedas imaginar. La frecuencia es de alto calibre, un voltaje al estilo de la nostalgia. Te deprimo con tan solo mirarte. Soy hijo de Júpiter, mis neuronas siempre están fogosas. Anhelas sentir el instinto de asesino de la energía que transmito. Tu mala fe es un mito. En este tiempo, eso quiere decir que te hundo en el inframundo de tu podrido mundo. No es casualidad que el universo me regale estos versos. Los tuyos hacia mí están dispersos, como presos guiados por un mal líder, que los llevan al matadero.

Mis pensamientos van pisando a los de tu especie. Se convirtieron en un ejército cruel. Sonrisas van y vienen, cabalgan en sus caballos blancos. La sangre de la musa ha bañado sus cuerpos fibrosos en el campo de batalla. Te lo digo sicológicamente, soy consumidor del alboroto nostálgico. Le llaman el terror andante, me dicen rojo por naturaleza. Fui escogido desde antes que se creara la atmósfera. Pensaron con mucha sabiduría el destino que cargaría en la espalda. Vaya cruzada, me encomendó el arquitecto de esta vida.


Ahora disfrutemos, tú y yo, juguemos: tú al gusano y yo al águila. Ya puedes sentirlo, mientras te arrastras por encima de tu lengua. Lo ves, gusano, que no somos iguales. La finura del vuelo es lógica. Observa con precisión y encontrarás la verdad de lo que te mata por dentro. Pero tranquilo, sé que eres un vago y no puedes descifrarlo. Un sabio me dijo: "usa tus ojos y sumérgete en los de ellos y verás qué aura diabólica está en su laguna".

No hay prisa ni brisa que se lleve la calma de mi alma. Suspiros de gente necia, que no conocen el amor de mis letras, son los que escucho en la cama. Rima ama con danza y multiplica el color rosa. Te ayudo a entenderlo, gusano. El blanco es la justicia, y el rojo mi venganza. El rosa son las flores que llevarán todos esos inocentes, incapaces de ver el camaleón que cubre tu espíritu.
PUNTO Y SEGUIDO
Aprendí a descifrar el punto y seguido, una forma de conquistar lo perdido en el olvido. Me encontré con este pobre lunático y la lástima lo arrastró por el camino. Me senté a su lado a escuchar todas sus quejas, y todo era deprimente. Le dije que la vida es hermosa, que no hay tiempo para construir sobre la arena, que en la galaxia las estrellas tienen su paraíso. El gran Yo Soy, las hizo pensando en nosotros, es el espejo nocturno, el reflejo invisible en tu conciencia, la luz que quebranta la mañana de tu amanecer.

Oye, lunático, el consejo de este cazador; en mi otra vida fui un soldado sigiloso y vi caer a mis enemigos con tan solo un pensamiento. El lamento entró en los corazones de sus familias y ellos me buscaron, tanto que pagaron por mi cabeza. La fuerza de mis palabras no es registrada en la conciencia humana.
Hay muchos que me aman y sus versos son piedras de tropiezo en otra dimensión, palabras que el viento arrastra hacia la nada. He aprendido en el camino que despedazar a mis enemigos con mis letras es fantástico, es ser táctico y un asesino sigiloso, lo cual me hace pensar que les tengo que poner un punto y seguido.

